viernes, 12 de octubre de 2012

Bogota


Lo más usual es que un costeño que visita Bogotá, sin hacer mayor esfuerzo, se encuentre con melodías de acordeón para él desconocidas. Taxis, busetas y fiestas en barrios populares son lugares idóneos para ver a los cachacos cantando, bailando y hasta dedicando temas que el caribeño apenas descubre.
Los Inquietos o Los Gigantes son algunas de las agrupaciones que se han dedicado a las letras románticas, las que algunos críticos consideran baladas con acordeón. Estas mismas, en Barranquilla o Santa Marta son catalogadas por expertos (algunas veces de manera despectiva) como canciones lloronas.



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